Cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos

para ayudar a las personas a superar sus problemas

Terapia cognitiva y conductual

La terapia cognitiva y conductual (TCC) es un tipo de psicoterapia que se centra en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento negativos para ayudar a las personas a superar problemas psicológicos. Se basa en la idea de que nuestros pensamientos, emociones y comportamientos están interconectados y que podemos mejorar nuestro bienestar emocional cambiando nuestros pensamientos y comportamientos. La TCC se utiliza a menudo para tratar diversas afecciones de salud mental, como la ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Por lo general, implica sesiones estructuradas de corta duración con un terapeuta capacitado.

La TCC es un enfoque terapéutico altamente estructurado y orientado a objetivos. En la TCC, el terapeuta y el cliente trabajan en colaboración para identificar patrones de pensamiento y comportamientos negativos o distorsionados que contribuyen a la angustia emocional del cliente. Luego, el terapeuta ayuda al cliente a desarrollar formas de pensar y comportarse más positivas y adaptativas y trabaja con el cliente para practicar y reforzar estos nuevos patrones.

La TCC normalmente se divide en dos componentes principales: terapia cognitiva y conductual. La terapia cognitiva se centra en cambiar patrones de pensamiento negativos o distorsionados, mientras que la terapia conductual se centra en cambiar conductas desadaptativas.

Algunas técnicas comunes utilizadas en la TCC incluyen identificar y desafiar los pensamientos negativos (p. ej., “catastrofizar” o generalizar en exceso), aprender técnicas de relajación y reducción del estrés, desarrollar habilidades de resolución de problemas y practicar la terapia de exposición (enfrentar gradualmente situaciones o estímulos temidos para reducir la ansiedad). ).

¿Como funciona?

Se ha descubierto que la TCC es un tratamiento eficaz para diversas afecciones de salud mental, incluidos los trastornos de ansiedad, la depresión, el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y los trastornos alimentarios. Suele ser un tratamiento de corta duración, en el que los clientes asisten a entre 12 y 20 sesiones semanales.

En general, la TCC es un enfoque terapéutico altamente estructurado y basado en evidencia que es eficaz para muchas personas que luchan con problemas de salud mental.