La terapia centrada en soluciones es una forma de psicoterapia a corto plazo y orientada a objetivos que se centra en identificar y aprovechar las fortalezas y recursos de una persona para ayudarla a lograr el resultado deseado. Se basa en la idea de que las personas tienen los recursos necesarios para resolver sus problemas y que el papel del terapeuta es ayudarlos a acceder a esos recursos. El enfoque generalmente implica establecer objetivos claros y específicos y utilizar técnicas como preguntas de escala, preguntas milagrosas y búsqueda de excepciones para ayudar a los clientes a alcanzar sus objetivos.

La terapia centrada en soluciones (SFT) es un modelo de terapia breve basado en la idea de que el cambio puede ocurrir rápidamente y que las personas ya poseen los recursos y habilidades que necesitan para resolver sus problemas. Este enfoque se utiliza a menudo en diversos entornos, incluidos la salud mental, el trabajo social y la educación, y es eficaz para múltiples problemas, como la depresión, la ansiedad, el abuso de sustancias y los problemas de relación.

Los principios básicos de SFT incluyen centrarse en el futuro y la solución en lugar del problema, buscar excepciones al problema y amplificarlas, identificar y utilizar las fortalezas y recursos del cliente, y utilizar un enfoque colaborativo y respetuoso. El terapeuta suele utilizar técnicas específicas, como la pregunta milagrosa, las preguntas escalables y los elogios, para ayudar a los clientes a alcanzar sus objetivos.

En general, SFT es un enfoque colaborativo, respetuoso y orientado a objetivos que permite a los clientes encontrar soluciones a sus problemas, a menudo en un período de tiempo relativamente corto.